martes, 29 de marzo de 2022

Protección contra incendios &Manejo y almacenamiento de materiales

 

Sistema de protección de incendios: reglamentos, seguridad y cómo funcionan

La protección y prevención contra incendios es una de las preocupaciones de muchos empresarios, la seguridad en el trabajo y reducir la siniestralidad laboral es fundamental y no basta con que todos los empleados hagan periódicamente un curso de prevención en riesgos laborales en el que se advierte, entre otras cuestiones, de que comportamiento debe tener el trabajador en caso de incendio. También ha de dotarse a la empresa de los correspondientes medios e infraestructuras de prevención, detección, alerta y extinción que garanticen la seguridad de todos en caso de incendio o accidente.

El Reglamento de instalaciones de protección contra incendios (conocido como RIPCI) fue aprobado mediante el Real Decreto 513/2017 y tiene como principal misión la de preservar la seguridad y las vidas de los trabajadores para lo que expone una serie de condiciones y requisitos exigibles y que tienen que ver con el diseño, instalación, mantenimiento e inspección de los equipos y sistemas que conforman las instalaciones de protección contra incendios.

Entre todas las medidas que establece el reglamento hay algunas que son obligatorias pero también hace ciertas recomendaciones que, sin duda, dan mayor seguridad a todos en el entorno laboral de la oficina. Aunque se trata de un reglamento nacional, las Comunidades Autónomas y los ayuntamientos pueden y deben desarrollar sus propias exigencias con el fin de aumentar la seguridad para la protección y prevención contra los incendios.

Cuando un edificio de oficinas se incendia los daños materiales son cuantiosos pero los personales pueden adquirir carácter catastrófico por eso los medios para prevenir fuegos deben estar siempre actualizados y cumplir las normativas y reglamentos legales. Para que solo haya que lamentar la perdida material como en el caso del incendio del edificio Windsor que conmocionó a Madrid pero no ocasionó víctimas mortales.

El incendio del edificio Windsor se declaró en el año 2005, sin víctimas mortales. Foto Reuters

El RIPCI es la piedra angular para la normativa de regulación en materia de Protección Contra Incendios aunque existen otras regulaciones que deben tenerse muy en cuenta e implementarse de manera conjunta. Este el caso de las disposiciones normativas, entre las que destacan las relativas al diseño, ejecución, puesta en marcha y por supuesto mantenimiento de instalaciones de protección y prevención contra incendios como son el Código Técnico de la Edificación (RD 314/2006) y el Reglamento de seguridad contra incendios en los establecimientos industriales (RD 2267/2004).

Prevención de incendios en instalaciones industriales

La Norma básica de la edificación, aprobada por el Real Decreto 2177/1996, de 4 de octubre, establece las condiciones que deben reunir los edificios, excluidos los de uso industrial que cuentan con su propia reglamentación, para proteger a sus ocupantes frente a los riesgos originados por un incendio. Debe existir un especial celo a la hora de prevenir el riesgo de incendio en instalaciones industriales, por ello existe un reglamento específico para obtener la máxima seguridad en estos establecimientos de uso industrial.

El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio regula las condiciones de prevención contra incendios en los establecimientos industriales de manera horizontal, haciendo la normativa de aplicación obligatoria para todos los sectores de actividad industrial. La norma específica para la regulación de las condiciones de seguridad que deben cumplir los aparatos, equipos y sistemas, así como su instalación y mantenimiento, además de la regulación de los instaladores y mantenedores, está prevista en el Reglamento de instalaciones de protección contra incendios, aprobado por el Real Decreto 1942/1993, de 5 de noviembre, y en la Orden de 16 de abril de 1998.

Por otra parte, la Ley 21/1992, de 16 de julio establece la necesidad de que las empresas instaladoras y mantenedoras contraten un seguro de responsabilidad civil profesional "cuando exista un riesgo directo y concreto para la salud o para la seguridad del destinatario o de un tercero" cuya "garantía exigida deberá ser proporcionada a la naturaleza y alcance del riesgo cubierto" para dar cobertura personal a todos los implicados en el proyecto y los trabajos en materia de instalación de medios para la prevención contra incendios.

Medios de prevención y extinción: pasivos y activos

La prevención de incendios engloba medios pasivos y otros activos. Los primeros son los relativos a la construcción y diseño de los espacios. Establece, entre otras cosas, las medidas mínimas de las salidas emergencia, pasillos, escaleras y hasta el número y lugar en el que se deben instalar y hasta los tipos de materiales ignífugos más recomendables.

Los detectores de humo o calor son muy importantes en la prevención de incendios en edificios. Foto: Dreamstime

Es habitual que también se cuente entre este tipo de medios pasivos el establecimiento de 'sectores de fuego' que aíslan cada zona para tratar de detener la propagación del fuego a las por todas las plantas y zonas del edificio o al resto de infraestructuras colindantes. En estos casos existen medios pasivos de prevención de incendios como son las mantas ignífugas que se suelen instalar en las cámara de aislamiento y sirven para contener los fuegos en la zona en la que se inician sin que se comprometa el resto del edificio.

Los medios activos son quizá más visibles y evidentes. Consisten en los detectores de humo y timbres o alarmas que se instalan para que cualquiera pueda activarlos en caso de detectar un fuego o humo. Alertas y la señalización obligatoria de las salidas de emergencia, así como los planes de evacuación que establecen las rutas y puntos de encuentro en el exterior para que salgan todas las personas que se hallen en el interior del edificio. Se harán simulacros periódicos para que todos los trabajadores sepan como deben actuar en caso de emergencia y se nombrará uno o varios responsables para dirigir la evacuación.

Las alarmas de incendios son clave para la seguridad de los trabajadores. Foto: Dreamstime

Capítulo a parte merecen los extintores y las bocas de incendios o mangueras de extinción, sin duda los medios de extinción activa más evidentes.

Tipos de extintores y mangueras

El RIPCI establece en el capítulo III que los extintores "deberán ser instalados por empresas instaladoras de sistemas de protección contra incendios, por empresas mantenedoras de extintores portátiles o por el fabricante de los extintores" en caso de que la superficie de trabajo supere los 100m2". Si la superficie es inferior podrá ser el propio usuario quien los instale. Además la norma UNE 23120 establece las obligaciones de las empresas instaladoras y los estándares que deben cumplir los extintores portátiles.

"Los extintores de incendio, sus características y especificaciones serán conformes a las exigidas en el Real Decreto 769/1999, de 7 de mayo" que diferencia entre extintores portátiles, diseñados para que puedan ser llevados y utilizados manualmente, "teniendo en condiciones de funcionamiento una masa igual o inferior a 20 Kg."; por otra parte están los extintores móviles diseñados para poder trasladarse de manera manual o sobre ruedas y que pesan más de 20kg.

Ambos tipos de extintor deben estar localizados y situarse cerca de las salidas de emergencia y los lugares con mayor riesgo de incendio. Además deben estar señalizados, ser visibles y accesibles. Por ello, el RIPCI recomienda que se sitúen "sobre soportes fijados a paramentos verticales, de modo que la parte superior del extintor quede situada entre 80 cm y 120 cm sobre el suelo y ser de fácil acceso para poder utilizarlo en caso de necesidad". De igual manera es obligatorio que la empresa mantenedora los inspeccione de manera periódica y los sustituya en caso de que se deterioren o haya expirado el período de utilización que establece el fabricante.

Si hablamos de tipos de fuegos, los extintores cambian. Por ello, cada empresa debe tener los que más se adecuen a los materiales que normalmente pueden encontrarse en sus instalaciones.

Fuegos sólidos o de clase A: son los que dejan residuos como brasas o cenizas. Se refieren a materiales como papel, cartón, plásticos… El extintor adecuado para este tipo de fuego es el de polvo que apaga las llamas por sofocación, además los extintores de polvo o de espuma física son los más habituales ya que apagan prácticamente todo tipo de fuegos.

Fuegos de líquidos inflamables o tipo B: son aquellos que se producen en combustibles líquidos, aceites vegetales, alcoholes, cera, parafina y otros derivados del petróleo… para estos fuegos son necesarios extintores de polvo o de espuma física.

Fuegos de gases inflamables o tipo C: son los característicos de elementos gaseosos como el butano, propano, metano, y habitualmente materiales informáticos o electrodomésticos. Este tipo de fuegos son especialmente volátiles al tratarse de gases muy inflamables y lo más adecuado y seguro es sofocarlos con extintores de C02 que además son más delicados y dejan menor residuo lo que hace que en caso de equipos o materiales especiales, estos puedan ser recuperables en alguna medida.

Fuegos de metales combustibles o clase D: Son fuegos muy violentos que en ocasiones causan deflagraciones. Se dan en metales alcalinos, alcalinos térreos y polvos metálicos. Poseen una combustión muy violenta y de llama intensa, emiten una fuerte radiación calórica y adquieren temperaturas altísimas. Es de vital importancia no utilizar jamás agua para sofocarlo puesto que su reacción es muy violenta y se incrementarán los daños. Para esta clase de incendios se deben utilizar extintores de polvo que son específicos para fuegos metálicos.

Las mangueras deben ser planas y semirígidas y estar guardadas en armarios de cristal accesibles. Además, como en el caso de los extintores, deben estar señalizadas e instaladas a 1,50 del suelo, según establece el RIPCI.

Mantenimiento de métodos de extinción

El mantenimiento de los sistemas de protección y prevención contra incendios dependerá de empresas mantenedoras, debidamente autorizadas por la autoridad competente dependiente de las Comunidades Autónomas, o bien del propio usuario o empresa siempre que acredite tener recursos humanos y materiales suficientes y acredite un seguro de responsabilidad civil.

Serán las Comunidades Autónomas las que velarán por el cumplimiento escrupuloso de todas las certificaciones de la Unión Europea, establecidas en su reglamento UE número 305/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 9 de marzo de 2011 sobre materiales de construcción, por parte de estas empresas mantenedoras de sistemas de prevención de incendios. Además todos los materiales (extintores, detectores de humo, alarmas…) deberán ir debidamente etiquetados con la Certificación Europea (CE) siempre que dispongan de una especificación técnica armonizada como expone el RIPCI en su artículo 5.3.

Las empresas mantenedoras de sistemas de prevención de incendios deberán estar debidamente acreditas y disponer de personal cualificado y certificado oficialmente para las tareas que va a realizar, con especial atención en el caso del personal que vaya a trabajar con gases fluorados y repuestos suficientes de todos los materiales con los que van a trabajar. Además, todas estas empresas deben disponer de un seguro de responsabilidad civil y avales bancarios o financieros suficientes para un cubrir daños a terceros por valor mínimo de 800.000 euros y sin un límite fijo de la responsabilidad.

Es obligatorio que las empresas dedicadas al mantenimiento dispongan de un certificado de calidad del sistema de gestión que debe ser emitido por una entidad de certificación acreditada, según los procedimientos establecidos en el Reglamento de la Infraestructura para la Calidad y Seguridad Industrial, aprobado por Real Decreto 2200/1995, de 28 de diciembre. El alcance del correspondiente certificado, deberá incluir, explícitamente, el mantenimiento de todos y cada uno de los equipos o sistemas para los que se solicita la habilitación y por supuesto ninguna empresa mantenedora podrá ceder sus certificados a un tercero.

El caso de extintores portátiles requiere de garantías de certificación adicionales. Para su mantenimiento, la entidad de certificación acreditada deberá tener en cuenta los requisitos adicionales recogidos en la norma UNE 23120 sobre "Mantenimiento de extintores portátiles contra incendios" y certificados concretos para cada clase de extintor específico.

Cómo funcionan los sistemas de protección de incendios

Un sistema de alarmas contra incendios debe tener como principal misión la de salvar la vida de las personas que se encuentren en el edificio. El sistema de protección de incendios comienza con el diseño del propio edificio en el que se incluyen elementos ignífugos capaces de aislar en departamentos estancos las llamas en caso de un hipotético incendio, así se minimizan los daños personales y materiales. Una vez se hace lo posible desde el diseño y la construcción se deben instalar detectores de humo y caloríficos que hagan saltar las alarmas y avisen de un fuego en alguna parte del edificio para que lo evacuen mientras llegan los bomberos.

Los sistema de prevención de incendios en grandes edificios están conectados con la central de bomberos. Foto: Dreamstime

También se utilizan rociadores que pueden ayudar a controlar las llamas de manera automática. Por supuesto, también debe haber timbres manuales para avisar en cuanto comienza el fuego al resto de personas. Así como, extintores y mangueras para que sean las propias personas del edificio las que traten de controlar el foco de fuego.

Los planes de evacuación son parte muy importante del sistema de protección y prevención de incendios ya que la mayoría del personal no tiene conocimiento ni experiencia para apagar las llamas. Los simulacros de incendios son una manera de entrenamiento previsto en todos los sistemas de protección contra incendios para saber hacer en caso de que salte la alarma y sirve para salvar vidas. Por ello, es bueno practicarlos de manera periódica. En caso de incendio, debería haber una persona encargada de la utilización del extintor mientras se evacuan las instalaciones.

Los sistemas de alarmas y protección contra incendios deben ser comprobados cada año para comprobar que funcionan bien previo aviso al departamento de bomberos para que no acudan sin necesidad, ya que las falsas alarmas están conectadas con la central de bomberos y podrían hacer una salida en falso que además podría cobrarse

REFERENCIAS:

https://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/9715227/02/19/Sistema-de-proteccion-de-incendios-reglamentos-seguridad-y-como-funcionan.html


¿Cómo y qué es la protección contra incendios en las empresas?

En España, como en el resto de países de la Unión Europea, las empresas tienen la obligación por decreto de garantizar la seguridad y salud en el trabajo. Existen diferentes reglamentaciones de obligado cumplimiento para velar por la protección e integridad física de los trabajadores durante su horario laboral.

¿Cuáles son las normas básicas en la seguridad contra incendios?

Según el reglamento del Código de Trabajo, todas las empresas deben estar equipadas con sistema de prevención y seguridad contra incendios, especialmente adaptadas para cada una de ellas.

Estructura y configuración de los locales, materiales peligrosos, riesgos asociados a determinadas industrias, etc. Cada empresa posee sus propias características y requisitos, por lo que precisan un tipo específico de protección. Por otra parte, el sistema de protección contra incendios en establecimientos comienza desde la base, en la fase de construcción del edificio.

Por ejemplo, en Francia, los edificios abiertos al público, (excluidos los alojamientos habitacionales) se denominan Establecimientos Receptores de Público (ERP). Este tipo de establecimientos (hoteles, empresas, escuelas, hospitales, etc.), están sometidos a unos protocolos de seguridad contra incendios muy precisos: aplicación de medidas de prevención, instalación de productos de protección activa contra incendios reglamentados como un sistema de alarma eficaz y de una cantidad suficiente de extintores. Además, hay que colgar carteles obligatorios con las normas de seguridad contra incendios, controles de mantenimiento y puesta a punto de los sistemas. También debe contar con la presencia de un servicio de seguridad anti incendios dirigido a la prevención de incendios y a los servicios de socorro.

¿Qué dice el reglamento contra incendios en España?

En España, las empresas y establecimientos industriales están sujetos al Reglamento de Protección contra Incendios (RIPCI), fue certificado en el RD 513/2017. Su máximo objetivo es preservar la integridad física de todos los empleados. Para ellos han de cumplir un determinado número de requerimientos y condiciones en diferentes aspectos: instalaciones, diseño, mantenimiento de las instalaciones y revisión técnica de todos los elementos que forman parte de los sistemas y equipos de la empresa para la protección de incendios.

Algunas de las medidas establecidas por la normativa vigente son de obligado cumplimiento, así como otras son recomendaciones para aumentar el nivel de seguridad y para crear un mejor entorno laboral. Aunque el reglamento anti incendio de las empresas es aplicable a nivel nacional, también cada comunidad autónoma, los consistorios de cada municipio o el órgano competente correspondiente pueden establecer sus propias regulaciones, adaptadas a cada situación específica.

En el caso de declararse un fuego en una fábrica o edificio de oficinas, no hay duda de que los daños materiales serían elevados. Pero los daños a personas podrían suponer una verdadera catástrofe. Por este importante motivo, hay que comprobar regularmente el estado de los equipos de protección y sistemas de seguridad, cumplir las ordenanzas y atenerse a la legalidad.

En el caso contrario y como medida de protección hacia los trabajadores, las empresas o establecimientos que no se adapten a la normativa y se equipen con las debidas medidas de seguridad, serán clausuradas.

¿Cuáles son los principales elementos de protección contra incendios que deben conocer y tener las empresas?

Los elementos y equipos de protección contra incendios utilizados en las empresas son productos legalmente homologados por la Unión Europea, y fabricados por marcas profesionales especializadas.

Entre los principales productos y equipamientos que constituyen un sistema eficaz de seguridad contra incendios se encuentran los siguientes:

  • Extintores

El extintor portátil forma parte de los elementos de seguridad más básicos para la protección activa contra incendios. Aunque hay países en los que su instalación aún no es obligatoria en las viviendas particulares, también en ellas es altamente recomendable disponer de uno o más extintores.

  • Aparatos de detección contra incendios

Son los habituales detectores de humo que se instalan en el techo.

  • Sistemas de alarma contra incendio

¿Quién de nosotros no ha asistido a un simulacro de incendio en el trabajo o en la oficina? Los sistemas de alarma emiten un aviso sonoro (sirena) para alertar de la existencia del fuego.

  • Puertas corta fuego

Este tipo de puertas de "vaivén" se cierran solas tras el paso de una persona. Tienen una función de corta fuegos ya que impiden, o al menos retrasan la propagación de las llamas y el humo.

  • Sistemas de evacuación del humo

Para evitar la acumulación y el peligro de intoxicación por las partículas tóxicas que contiene.

  • Documentación y soportes informativos

Es obligatoria la colocación de mapas de evacuación y de las instrucciones de seguridad para que los empleados sepan cómo actuar en caso necesario.

  • Grifos y mangueras de incendios

Estos elementos han de estar conectados a la red de distribución de agua del edificio.

  • Elementos de iluminación de seguridad y unidades de emergencia

Para facilitar la evacuación y primeros auxilios.

¿Por qué es necesario dar un paso más en la protección activa contra incendios en las empresas?

Las empresas están obligadas por ley a proteger sus instalaciones, productos y bienes. Pero, sobre todo, están obligadas a proteger la vida de las personas.

  • Protección de las personas

La correcta formación de todo el personal de la empresa es sin duda uno de los medios más eficaces para prevenir el riesgo de incendios y minimizar los daños en caso de alarma. Se sobreentiende que los establecimientos de gran tamaño deben emplear a personal técnico titulado competente que cuente con la formación SSIAP (servicio de seguridad contra incendios y de asistencia a personas).

Además, los trabajadores deben saber con total claridad dónde se encuentran los extintores y cómo utilizarlos.

  • Protección de las empresas

Las grandes empresas, con gran cantidad de empleados, tienen la obligación de contratar un seguro profesional que incluya la cobertura de incendio. Esta garantía contra incendios cubrirá, llegado el caso, los daños ocasionados a la empresa en caso de incendio, siempre que la empresa estuviera equipada con un sistema estándar de seguridad y protección contra incendios.


REFERENCIAS:

https://www.netatmo.com/es-es/guides/security/fire/faq/fire-protection


VIDEO




NOM-006-STPS, MANEJO Y ALMACENAMIENTO DE MATERIALES CONDICIONES DE SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO. 

NOM-006-STPS-2014. Dentro de las Obligaciones del patrón se plantea el cumplimiento los requerimientos tales como: procedimientos de seguridad para actividades de manejo y almacenamiento de materiales de forma manual.

Debiendo contar con la evidencia documental y en su caso física de esta obligación, además de demostrar que los trabajadores involucrados en estas actividades cuenten con el equipo de protección personal y la información necesaria para realizar manejo y almacenamiento de materiales de forma manual.

Dentro de los cambios más relevantes se encuentra la modificación de la carga manual máxima que manejen los trabajadores debiendo no rebasar lo siguiente:

1)      25 kg para hombres;

2)      10 kg tratándose de mujeres, y

3)      7 kg en el caso de menores de 14 a 16 años.

Los trabajadores a que se refiere el inciso 1) podrán manejar una carga superior a 25 kg, que no exceda de 50 kg., siempre y cuando se determinen en el procedimiento de seguridad, las condiciones conforme a las cuales se desarrollará la actividad, de tal manera que no represente un riesgo para su salud;

Manejo y almacenamiento de materiales de modo manual

En los centros de trabajo donde se realicen actividades de manejo y almacenamiento de materiales mediante la carga manual, se deberá contar con procedimientos de seguridad que consideren, al menos, lo siguiente:

  1. Las características de los trabajadores involucrados en estas tareas, tales como: género, edad, peso, complexión y antecedentes patológicos de deformidades físicas o de lesiones que puedan limitar la capacidad de carga manual;
  2. El peso, forma, dimensiones y presencia de aristas cortantes o vértices puntiagudos, de los materiales o contenedores por manejar;
  3. La intensidad, distancia, repetición, frecuencia, duración, posturas y premura con la que deberán efectuarse las actividades de carga y traslado manual;
  4. La posición de los materiales o contenedores a manejar, con respecto a la de los trabajadores: levantamiento o descenso de la carga al piso, o a una cierta altura;
  5. Los elementos de sujeción de los materiales o contenedores -facilidad de agarre, sujeción y traslado de los materiales o contenedores-, y visibilidad que el volumen de la carga permite al trabajador;
  6. Las condiciones del ambiente que puedan incrementar el esfuerzo del trabajador, tales como condiciones de intemperie: exposición a radiación solar, temperatura y/o condiciones de humedad ambiental extremas, ambiente contaminado, lluvia, nevada o presencia de fuertes vientos;
  7. La trayectoria para el transporte de las cargas, subiendo o bajando escaleras, rampas inclinadas, plataformas, vehículos, tránsito sobre superficies resbalosas o con obstáculos que puedan generar riesgo de caídas, y
  8. El manejo de materiales peligrosos, tales como: tóxicos, irritantes, corrosivos, inflamables, explosivos, reactivos, con riesgo biológico, entre otros.

Las actividades de manejo y almacenamiento de materiales a través de la carga manual, se deberá realizar sólo por trabajadores que cuenten con aptitud física avalada por un médico.

Las mujeres en estado de gestación, y durante las primeras 10 semanas posteriores al parto, no deberán realizar actividades de manejo y almacenamiento de materiales por medio de la carga manual.

Se deberán adoptar medidas preventivas, a fin de evitar lesiones a los trabajadores por sobreesfuerzo muscular o posturas forzadas o repetitivas.

En las actividades de manejo y almacenamiento de materiales de manera manual se deberán adoptar las medidas de seguridad siguientes:

1. Supervisar que se realicen en condiciones seguras, con base en procedimientos de seguridad para actividades de manejo y almacenamiento de materiales de forma manual.

2. Conservar en condiciones seguras los equipos auxiliares utilizados en el manejo de materiales;

3. Mantener las áreas de tránsito y de trabajo libres de obstáculos;

4. Utilizar barras u otros medios cuando se desplacen objetos pesados mediante rodillos para que el trabajador no entre en contacto con la carga en movimiento;

5. Proporcionar la ropa y el equipo de protección personal, conforme a lo previsto por la NOM-017-STPS-2008, o las que la sustituyan, a los trabajadores que realicen actividades de carga de:

a)  Materiales o contenedores con aristas cortantes, rebabas, astillas, puntas agudas, clavos u otros salientes peligrosos;

b)  Materiales con temperaturas extremas, y/o

c)  Contenedores con sustancias irritantes, corrosivas o tóxicas;

6. Ubicar al menos un trabajador por cada 4 metros o fracción del largo de la carga por manipular, cuando su longitud sea mayor a dicha distancia;

7. Trasladar los barriles o tambos, a través del uso de maquinaria o equipo auxiliar, como diablos, patines o carretillas;

8. Efectuar el manejo manual de materiales cuyo peso o longitud sea superior a lo que determina la presente norma, e integrar grupos de carga y asegurar que exista coordinación entre los miembros de éstos;

9. Realizar el manejo manual de materiales al menos con dos trabajadores, cuando su peso sea mayor de 200 kg y se utilicen diablos o patines;

10. Asegurar la estabilidad de la carga durante su traslado;

11. Instruir al trabajador para que jale el diablo, patín o carretilla en el mismo sentido del ascenso al subir una pendiente, y en sentido opuesto al del descenso al bajar, con el objeto de evitar que la carga represente un riesgo, y

12. Colocar un tope en la zona de descarga cuando se bascule una carretilla para descargarla al borde de una zanja.

En CESE Consultores podemos ayudarte a elaborar procedimientos de seguridad para actividades de manejo y almacenamiento de materiales de forma manual, medidas y condiciones de seguridad, impartir capacitación y adiestramiento para los trabajadores que realicen estas actividades, además de asesorarte en la mejor estrategia para prevenir accidentes en el manejo y almacenamiento de materiales de forma manual.

REFERENCIAS:

https://ceseconsultores.com/nom-006-stps-manejo-almacenamiento-materiales/


10 reglas básicas para el manejo seguro de materiales peligrosos

Los impactos de la exposición humana a productos químicos y otros materiales peligrosos pueden variar desde la simple irritación de la piel hasta enfermedades a largo plazo como el cáncer. Consciente de los peligros que existen, es importante crear una cultura de seguridad para manipular, transportar y almacenar este tipo de materiales. Todos los empleados responsables del manejo de materiales peligrosos están obligados por las regulaciones federales a someterse a la debida entrenamiento de materiales peligrosos, pero eso no elimina la responsabilidad de su empresa de proporcionar un entorno propicio para el manejo seguro de materiales peligrosos.

Aliente a sus empleados a hacerse cargo de crear y mantener un ambiente de trabajo seguro. Comience siguiendo estas 10 reglas que representan las mejores formas de evitar un incidente de materiales peligrosos.

  1. Evaluar los riesgos que existen en el lugar de trabajo. Sepa qué materiales en el lugar de trabajo representan peligros.
  2. Brinde a los empleados capacitación e información adecuadas sobre los materiales peligrosos en su lugar de trabajo. Como se mencionó, la capacitación federal es un requisito previo, pero a menudo estipula solo una obligación mínima. No tenga miedo de ampliar la consulta y los procedimientos de seguridad más allá de los requeridos por la ley y aliente los procedimientos establecidos para los empleados.
  3. Considere los peligros potenciales y planifique con anticipación. Tenga arreglos y procedimientos establecidos para manejar las circunstancias de emergencia que puedan surgir de derrames o exposición a materiales peligrosos. Esto significa asegurarse de que los empleados comprendan los procedimientos de emergencia, incluida la evacuación, la limpieza o qué hacer en caso de incendio. Asegúrese de que los equipos de emergencia, como las estaciones de lavado de ojos y duchas, sean accesibles, se mantengan limpios y se prueben de manera rutinaria. Capacite a los empleados en habilidades de primeros auxilios y cómo responder a los compañeros de trabajo que pueden lesionarse o experimentar exposición a sustancias químicas.
  4. Utilice siempre el equipo de protección personal (EPP) adecuado. Se debe reemplazar el PPE viejo o dañado, y se debe inspeccionar el PPE antes de cada uso. Las medidas de control adecuadas, como las campanas de ventilación, siempre deben usarse e inspeccionarse de manera rutinaria.
  5. Asegúrese de que todos los materiales peligrosos estén debidamente marcados. Asegúrese de que todos los contenedores de materiales peligrosos estén etiquetados adecuadamente y que todos los productos químicos se almacenen en los contenedores apropiados.
  6. Mantenga todos los materiales peligrosos almacenados adecuadamente. Mantenga los productos químicos en áreas secas, frescas y ventiladas, y separe los materiales incompatibles. Mantenga siempre las tapas cerradas, es decir, a prueba de fugas y a prueba de vapor, en todos los contenedores de materiales peligrosos. Asegúrese de que estas áreas de almacenamiento no contengan elementos que puedan causar tropiezos, caídas o derrames, y que no contengan materiales que puedan provocar plagas o roedores. Mantenga siempre limpias las áreas de trabajo. No solo de desorden, sino de limpiar las superficies de trabajo con frecuencia para minimizar el riesgo de contaminación o exposición.
  7. Solo use materiales peligrosos para los fines previstos.
  8. Nunca coma ni beba mientras manipula materiales peligrosos, y siempre lávese las manos después de usar, manipular o transportar productos químicos peligrosos.
  9. Los empleados que manejan materiales peligrosos siempre deben leer las etiquetas para entender con qué están trabajando y tener la hoja de datos de seguridad (SDS) accesible antes de usar cualquier material para comprender cómo manejar un derrame o exposición a ese químico.
  10. Informe cualquier inquietud sobre contenedores dañados o posibles fugas o derrames. Incluso si una sospecha resulta ser incorrecta, como dice el refrán, siempre es mejor prevenir que curar.

En el cuidado de la salud, dicen que la prevención es la mejor medicina, y eso se puede traducir al manejo de materiales peligrosos. Con una firme dedicación para hacer de estas 10 reglas una prioridad en su lugar de trabajo, los riesgos de un accidente de manejo de materiales peligrosos se pueden minimizar.

REFERENCIAS:
https://www.chemtrec.com/es/resources/blog/10-basic-rules-safely-handling-hazardous-materials

VIDEO



miércoles, 23 de marzo de 2022

Materiales inflamables y explosivos & EPP y primeros auxilios

 

Sustancias inflamables y explosivas

En cualquier instalación, a pesar de no trabajar con fuentes de calor, es posible que se produzca un incendio. Por esta razón, es importante controlar los productos inflamables y explosivos en el lugar de trabajo.

Estos productos se clasifican en función del punto de inflamación. Esta clasificación abarca desde productos de clase A, cuya presión absoluta de vapor a 15ºC sea superior a 09 KPa como el propileno, butadieno, cloruro de metilo. Las sustancias de clase B cuyo punto de inflamación es inferior a 55ºC como la acetona o el alcohol amílico. Los que están dentro de la clase C cuyo punto de inflamación está comprendido entre 55ºC y 120ºC  como el fenol y formaldehído; y los de clase D, cuyo punto de inflamación es superior a 120ºC.

Entre los profesionales que se exponen a estos productos se encuentran los conductores de vehículos de transporte de sustancias inflamables como explosivos y pólvora, o camiones cisterna; encoladores, que trabajan con disolventes y otros materiales inflamables; mecánico de automóviles, que manejan productos inflamables y en su puesto de trabajo permanecen junto a sustancias que pueden provocar una explosión como gas de petróleo líquido, gasolina, disolventes o aceites, así como pintores, que utilizan productos como pinturas o disolventes.

Etiquetado  de sustancias inflamables

Una de las medidas preventivas, además de los equipos de protección individuales y colectivos, son el etiquetado y correcto almacenamiento de las sustancias.

El etiquetado está regulado por los Reales Decretos 363/1995 y 255/2003, que obliga a que todo producto químico esté debidamente etiquetado tanto si va destinado al público en general como al usuario profesional.

Todas las sustancias irán identificadas con el nombre de la sustancia, así como el nombre, dirección y teléfono del fabricante o importador. Además, llevarán el pictograma que las identificará como inflamables o explosivas, incluso ambos pictogramas para aquellas sustancia que tengan ambas características.

Del mismo modo, estos productos deberán ir correctamente envasados. Además, las sustancias extremadamente inflamables o fácilmente inflamables deberán disponer de una indicación de peligro detectable al tacto.

Almacenamiento de sustancias

Dependiendo de la instalación los productos se almacenarán en interior o exterior. Para los productos que se almacenan en interior se pueden instalar armarios protegidos, que tengan como mínimo, una resistencia al fuego RF-15. Además, llevarán un letrero que indique “Inflamable”, con el fin de que los trabajadores maximicen las medidas de seguridad. Asimismo, según dicta la normativa, no se pueden instalar más de tres armarios en el mismo recinto, salvo que estén separados entre sí por más de 30 metros, para evitar daños mayores en caso de accidente.

También se pueden destinar zonas a salas de almacenamiento. Si estas salas comunican con otras dependencias o edificios contiguos deben de presentar estructuras, techos y paredes con una resistencia al fuego mínima de RF-120.

Cuando los productos se almacenan en el exterior se utilizarán recipientes especiales y contarán en sus proximidades con extintores móviles, para actuar en caso de incendio.

Medidas preventivas ante productos inflamables

Además de contar con un correcto etiquetado y almacenamiento de las sustancias, se deberán extremar las medidas preventivas cuando se trabaja con este tipo de sustancias. Muchas de estas medidas están dentro del sentido común, como no trabajar con llamas o fuentes de calor cerca de productos inflamables o no dejar los envases con productos inflamables abiertos durante largos periodos.

Otras medidas están relacionadas con los equipos de protección individual a la hora de manipular sustancias inflamables como trajes aislantes, máscaras, guantes y botas preparadas para entrar en contacto con estas sustancias. 

Además, en la instalación existirán medidas colectivas como extintores fijos y móviles, así como mantas ignífugas. 

REFERENCIAS:

DeepL Translate: The world's most accurate translator

Tipos de sustancias peligrosas

Las sustancias peligrosas se clasifican en nueve clases que a su vez, se dividen en subgrupos llamados “divisiones” según la recomendación de las Naciones Unidas o “clase de riesgos” de acuerdo a la clasificación de los Estados Unidos.

Descripción

La primera clasificación es según sus propiedades:

1 – Propiedades físicas (sólidos, líquidos o gases). De acuerdo a las características de la emergencia, los materiales pueden ser afectados por determinadas propiedades físicas como son la densidad de vapor, la capacidad de disolverse en agua, peso específico y punto de ebullición.

2 – Propiedades químicas (en relación a la salud, la combustibilidad y la reactividad). Se refiere a la producción de sustancias tóxicas peligrosas para la vida de las personas, el medio ambiente y también por su capacidad para quemarse o explotar: nivel tóxico, corrosión, radioactividad, punto de inflamación, temperatura de ignición, capacidad de oxidación, inestabilidad y reactividad con el aire o el agua.

Clasificación por clases hay 9 tipos de sustancias o materiales peligrosos:

  • Explosivos.
  • Gases.
  • Líquidos inflamables.
  • Sólidos inflamables.
  • Materiales oxidantes.
  • Materiales venenosos.
  • Materiales radioactivos.
  • Materiales corrosivos.
  • Otros materiales regulados.

Clase 1 -  Explosivos

Son materiales o dispositivos que liberan gas y calor; su funcionamiento puede ser por efectos del calor, golpes o contaminación y los resultados pueden derivar en riesgos mecánicos o térmicos.

La primera división es según el riesgo de explosión masiva, es decir, instantáneamente explota toda la carga, como por ejemplo dinamita y TNT.

Otra división son los explosivos con riesgo de proyección. Proyectiles o fragmentos, bengalas y cuerdas detonantes.

Otra son los explosivos que tienen riesgo de incendio además de voladura y proyectiles. Es el caso de los motores de cohetes y fuegos de artificios especiales.

También se dividen en aquellos que tienen un riesgo menor de explosión como son los fuegos artificiales de uso común y munición de armas pequeñas.

Le siguen los explosivos con riesgo de explosión masiva, siendo extremadamente estables con baja posibilidad de explosión. Es el ejemplo del Nitrato de Amonio y Mezclas de aceites combustibles.

Por último, la división  de aquellos que son extremadamente insensibles con bajo riesgo de explosión en masa, es decir que difícilmente pueden explotar en forma accidental.

Clase 2 - Gases

Este tipo de materiales pueden ser comprimidos o licuados, tanto por presión como por frío extremo o disueltos bajo presión. Las consecuencias en las personas pueden ser quemaduras por congelamiento y/o envenenamiento.

Los principales riesgos asociados con gases es la ruptura violenta, por condiciones de fuego o no, la inflamabilidad, la corrosividad y la asfixia y las características para mantener una combustión.

Los gases se dividen en: inflamables: se encienden fácilmente y se queman rápidamente. Es el caso del Cloruro de Metilo, Gas Licuado de Petróleo, Acetileno e Hidrógeno.

Gases no inflamables: material comprimido que no se quema y soporta la combustión. Por ejemplo Dióxido de Carbono, Argón Criogénico, Amoníaco, Anhidro.

Gases venenosos: son tóxicos y constituyen un serio riesgo para la salud como el Cloro, Bromuro de Metilo y Fosgeno.

Clase 3: Líquidos inflamables y combustibles

El Líquido Inflamable: es un líquido que tiene un punto de inflamación bajo los 37ºC. (100 ºF) Es el caso de la gasolina, Alcohol Etílico y Tolueno.

Líquido Combustible: líquido con punto de inflamación en o sobre los 37 ºC y bajo los 93 ºC. (100 ºF - 200 ºF ). Ejemplo: Aceites Combustibles, Combustible, Diesel, Solventes, Líquido Pirofórico. También es el material que se inflama espontáneamente en presencia de aire seco o húmedo en o bajo 54 ºC. Es el caso de Alquil Aluminio, Nitrato de Torio.

Clase 4: Sólidos inflamables

El primer tipo es el material sólido, no explosivo, susceptible de causar fuego mediante fricción o el calor retenido de los procesos de fabricación, o fácilmente inflamable al contacto con el aire o agua. Incluye los sólidos inflamables, líquidos y sólidos reactivos.

La primera división son los sólidos que se encienden y se queman con facilidad, arden incesantemente dificultándose la extinción; pueden ser explosivos humedecidos, materiales autoreactivos y sólidos de fácil combustibilidad. Es el caso de los pellets, virutas, cintas de Magnesio y Nitrocelulosa.

Le siguen los materiales de combustión espontánea (pirofosfóricos) y autocalentamiento; entran en ignición al contacto con aire. Por ejemplo Álcalis de Aluminio, Carboncillo, Fósforo, desechos de Algodón.

Además hay materiales que entran espontáneamente en inflamación y pueden liberar gases inflamables o tóxicos al entrar en contacto con aire húmedo o con agua. Es el caso de Carburo de Calcio, Polvos de Magnesio e Hidruro de Sodio.

Otra clase son los materiales oxidantes y peróxidos orgánicos. Estos materiales producen oxígeno estimulando así la combustión de materias orgánicas e inorgánicas.

Se dividen en:

Oxidantes: Por su aporte de oxígeno pueden aumentar o causar la combustión de otros materiales, aún en ausencia de aire. Es el ejemplo del Nitrato de Amonio, Hipoclorito de Calcio y Peróxido de Hidrógeno.

Peróxidos Orgánicos: Se trata de materiales que además de mejorar la combustión de otros materiales, pueden ser sensibles al calor, fricción o golpes. Algunos de éstos, al descomponerse, pueden entrar llegar a encenderse si las condiciones de temperatura ambiental son las adecuadas. Por ejemplo,  Ácido Peroxiacético, Peróxido de Benzol, Peróxidos Blanqueadores.

Clase 6: Materiales venenosos e irritantes

Los efectos de esta clase de materiales pueden ser sobre toda forma de vida, ya sea de las personas, de los animales o de los vegetales. Las vías de ingreso al organismo pueden ser cutánea, por ingestión o por inhalación. Además pueden ser venenosos, inflamables y corrosivos.

Se dividen en materiales venenosos incluyendo anilinas, Compuestos de Arsénico, Tetracloruro de Carbono, Ácido Hidrociánico. Como irritantes se clasifican los Gases lacrimógenos etiológicos. Entre estos últimos, se hallan aquellos agentes que poseen el potencial de causar enfermedades en seres humanos, como los gérmenes y toxinas. Por ejemplo Botulismo, Rabia, Sida, Hepatitis, etc.

Clase 7: Materiales radioactivos

Estos materiales se caracterizan por emitir diferentes tipos de partículas, por su nombre son Alfa, Beta y Gama. Los efectos de las mismas pueden ser a nivel biológico o se pueden evidenciar por las quemaduras causadas en aquellos organismos expuestos a las mismas.

Clase 8: Materiales corrosivos

Son materiales que al entrar en contacto con la piel provocan daños, también provocan la  corrosión o debilitamiento del acero y aluminio y los vapores que despiden pueden resultar venenosos e irritantes. Algunos de ellos reaccionan al contacto con el agua. Ejemplos: Ácido Hidroclórico, Acido Nítrico, Hidróxido de Sodio (Soda Caústica), Ácido Sulfúrico.

Clase 9: Materiales regulados

Son materiales no incluidos en otra clase de riesgo durante el transporte pero pueden ser  anestésicos, nocivos o causar irritaciones. En el caso de Naftaleno, Cal Viva, material magnetizado, elementos de limpieza casera.

Etiquetas

REFERENCIA
https://www.gub.uy/sistema-nacional-emergencias/node/725
VIDEO


La importancia de los Equipos de Protección Individual (EPI)

Los equipos de protección individual (EPI) tienen como objetivo principal evitar los daños al trabajador, de este modo evitamos los daños que podrían derivarse de enfermedad profesional o de un accidente laboral. Por lo tanto:

¿Qué es un EPI?

Un equipo de protección individual (EPI) es “cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan amenazar a su seguridad o su salud, así como cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin”.

Además cabe mencionar que los equipos de protección individual son obligatorios e imprescindibles y también son de uso individual mientras no se indique lo contrario.

La empresa está obligada a proporcionar el EPI a los trabajadores de manera gratuíta, pero es cada trabajador el que tiene la obligación de darle el uso adecuado.

¿Cómo se clasifican los EPIs?

Los equipos de protección individual se clasifican en diferentes categorías:

Categoría 1

Estos ofrecen una protección ligera y tienen un diseño sencillo. Esto pueden ser cualquier tipo de calzado protector o guantes para manipular piezas, herramientas etc.

Categoría 2

Estos equipos tienen un diseño medio y por lo tanto proporcionan una protección media, por ejemplo equipos que protejen el rostro total o parcialmente, todos los cascos,  protección específica para las manos y brazos que no sean guantes y protección especifica para los pies y piernas que no sea el calzado básico de protección.

Categoría 3

Estos son los EPI con un diseño más complejo y están destinados a proteger al usuario de todo peligro mortal o que pueda dañár gravemente y de forma irreversible su salud. Por ejemplo lso equipos diseñados para proteger contra las caídas desde altur, o los de protección respiratoria cuando se trabaja con aerosoles sólidos y líquidos y cuando se trabaja con gases.

La empresa está obligada a proporcionar el EPI a los trabajadores de manera gratuíta, pero es cada trabajador el que tiene la obligación de darle el uso adecuado.

¿Qué equipos destinados a la protección no tienen la consideración de EPI?

No todos los equipos destinados a proteger y/o evitar accidentes en el puesto de trabajo tienen la consideración de EPI. A continuación nombramos algunas excepciones.

  • La ropa de trabajo y uniformes que no estén específicamente destinados a proteger la seguridad o salud,
  • los de los servicios de socorro y salvamento,
  • los de los militares, policías y servicios de mantenimiento del orden,
  • los de los medios de transporte por carretera,
  • el material de deporte,
  • el material de autodefensa o disuasión y
  • los aparatos portátiles para la detección y señalización de los riesgos y de los factores de molestia.
    • REFERENCIAS:
    • https://www.asesoriaplan-a.es/blog/prevencion/la-importancia-de-los-equipos-de-proteccion-individual-epi/
  • Primeros auxilios: proteger, alertar, socorrer

  • Actuación en caso de Accidente

    Primeros Auxilios:  Proteger, Alertar y Socorrer

    • PROTEGER: (prevenir la agravación del accidente). Es necesario ante todo retirar al trabajador accidentado del peligro sin sucumbir en el intento.
    • ALERTAR: la persona que avisa debe expresarse con claridad y precisión. Decir desde donde llama e indicar exactamente el lugar del accidente.
    • SOCORRER: hacer una primera evaluación:
      • Comprobar si el trabajador/a respira o sangra.
      • Hablarle para ver si está consciente
      • Tomar el pulso (mejor en la carótida), si cree que el corazón no late.

    Recordar que al accidentado hay que tratarle con urgencia NO trasladarlo con Urgencia.

    Medidas preventivas

    • Primeros Auxilios en la empresa: organización
    • Reanimación de una persona accidentada
    • Heridas y Hemorragias
    • Quemaduras
    • Desmayos
    • Convulsiones
    • Lesiones Oculares
    • Botiquín

    Primeros Auxilios en la empresa: Organización

    El estado y la evolución de las lesiones derivadas de un accidente dependen en gran parte de la rapidez y de la calidad de los primeros auxilios recibidos. La Ley 31/95, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales , en el Capítulo III, artículo 20 marca como obligación del empresario el análisis de las posibles situaciones de emergencia así como la adopción de la medidas necesarias, entre otras, en materia de primeros auxilios.

    Los puntos a considerar, tal como marca la citada ley, serían:

    • Designación del personal encargado de poner en práctica dichas medidas previa consulta de los delegados de prevención (art. 33 y 36 de la LPRL). Dicho personal, en función de los riesgos, deberá recibir la formación adecuada en materia de primeros auxilios, ser suficiente en número y disponer del material adecuado, siempre a tenor del tamaño y actividad de la empresa, de la organización del trabajo y del nivel tecnológico de aquella.
    • Revisión o comprobación periódica del correcto funcionamiento de las medidas adoptadas.
    • Organización de las relaciones que sean necesarias con servicios externos para garantizar la rapidez y eficacia de las actuaciones en materia de primeros auxilios y asistencia médica de urgencias.

    La citada ley considera la no adopción de dichas medidas como una infracción grave (art.47.10) o muy grave (art. 48.8) si origina un riesgo grave e inminente.

    Los eslabones de la cadena de socorro

    Entre la víctima y la atención médica especializada existen una serie de eslabones que deben ser informados, formados y entrenados para asegurar la rapidez y eficacia de la actuación frente a emergencias.

    Los testigos

    Existen tres tipos de posibles testigos de un accidente laboral:

    • Testigo ordinario: sin preparación ni formación e influenciable por la emoción y el pánico. No sabe qué mensaje ha de transmitir y puede olvidar incluso señalar el lugar del accidente.
    • Testigo privilegiado: con una formación adecuada; es capaz de hacer una valoración global de la situación, sabe avisar de forma eficaz y se mantiene tranquilo.
    • Testigo profesional: ha sido formado y entrenado específicamente para vigilar, detectar y alertar (guardias, personal de seguridad, vigilantes de proceso...)

    Ni que decir tiene que la mayoría de los testigos en la empresa son del tipo ordinario, con lo que la transmisión de la alerta no estará ni mucho menos asegurada redundando en retrasos innecesarios, asistencia inadecuada y, en último extremo, pérdidas humanas.

    Aquí surge la primera pregunta: ¿A quién hemos de formar? Sería conveniente que todos y cada uno de los trabajadores estuvieran informados (carteles informativos, charlas informales, folletos explicativos...) sobre lo que en primeros auxilios se conoce como P.A.S.

    La palabra P. A. S. está formada por las iniciales de tres actuaciones secuenciales para empezar a atender al accidentado:

    • P de PROTEGER: Antes de actuar, hemos de tener la seguridad de que tanto el accidentado como nosotros mismos estamos fuera de todo peligro. Por ejemplo, ante un ambiente tóxico, no atenderemos al intoxicado sin antes proteger nuestras vías respiratorias (uso de máscaras con filtros adecuados), pues de lo contrario nos accidentaríamos nosotros también.
    • A de AVISAR: Siempre que sea posible daremos aviso a los servicios sanitarios (médico, ambulancia...) de la existencia del accidente, y así activaremos el Sistema de Emergencia, para inmediatamente empezar a socorrer en espera de ayuda.
    • S de SOCORRER: Una vez hemos protegido y avisado, procederemos a actuar sobre el accidentado, reconociendo sus signos vitales: 1. Conciencia, 2.Respiración y 3. Pulso, siempre por este orden.

    Ahora bien, no todos los trabajadores deben ser entrenados como testigos privilegiados. Como mínimo los responsables de grupo (jefes de taller, mandos intermedios, encargados,...) así como aquellos que trabajan en zonas de riesgo deberían recibir una formación más específica.

    Dicha formación puede desarrollarse en un día y el contenido mínimo sería:

    • Definición de alerta y su importancia en los primeros auxilios
    • Descripción de todos los eslabones de la cadena de socorro (funciones, números de teléfono...)
    • Formas de avisar: teléfonos, alarmas...
    • Mensaje tipo: lugar, lesiones, número de accidentados...
    • Ejercicios prácticos en la empresa.

    El/la telefonista de la empresa

    En algunas empresas un paso obligado para contactar con los servicios externos es el/la telefonista. Siempre que exista este eslabón se le deberá incluir en el grupo de testigos privilegiados. De él/ella depende la transmisión rápida, correcta y eficaz de la solicitud de ayuda.

    El/la socorrista

    No es posible concretar cuántos socorristas se requieren por número de trabajadores. El "número suficiente" dependerá de otros muchos factores. A modo de guía, a la hora de decidir cuántos socorristas formar, deberemos tener en cuenta:

    • El número de trabajadores
    • La estructura de la empresa (superficie, naves, plantas...)
    • La distribución de los trabajadores en la empresa.
    • El tipo de trabajo: el/los riesgos existentes; situaciones de aislamiento; trabajos fuera de la empresa...
    • Los turnos de trabajo
    • La distancia (en tiempo real) de los servicios médicos externos
    • Las posibles ausencias por enfermedad, vacaciones...

    En todo caso se debería disponer en cualquier momento en la empresa de una persona encargada de la actuación en situaciones de emergencia.

    Una cifra orientativa para situaciones de riesgo bajo (ej. oficinas) sería de un socorrista por cada 50 trabajadores por turno (considerando siempre la necesidad de disponer de socorristas suplentes). Este número debería considerarse como mínimo en el resto de situaciones. A veces, es conveniente disponer de dos socorristas por grupo de trabajo (ej. trabajo con máquinas o herramientas peligrosas).

    La formación en socorrismo laboral debe gravitar alrededor de las siguientes premisas:

    • El socorrista laboral será voluntario.
    • El socorrista laboral deberá tener, además de los conocimientos básicos y generales, una formación específica en relación a los riesgos existentes en la empresa.
    • El socorrista laboral deberá recibir periódicamente cursos de reciclaje.

    Los otros eslabones

    • El testigo, la telefonista, el socorrista: todos ellos son eslabones pertenecientes a la empresa.
    • El personal de la ambulancia, el equipo médico de urgencias, el personal del hospital son eslabones exteriores.

    Esta diferencia de ubicación no ha de suponer una traba para una actuación eficaz. Cada uno de ellos ha de saber quién va después y quién le precede, procurando que la información se transmita de forma clara y concisa; facilitando así las actuaciones posteriores.

    Formación en socorrismo laboral

    Para conseguir el objetivo básico de los primeros auxilios es preciso disponer de personal adecuadamente formado en socorrismo laboral. Esta formación se debería dividir en tres grandes bloques temáticos: formación básica, formación complementaria y formación específica.

    Bibliografía : Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de España, Nota Técnica Profesional 458 . "Primeros Auxilios en la empresa: Organización". Autores: Mª Dolores Solé Gómez y José Luis Moliné Marco.

    Reanimación o resucitación de una persona accidentada o inconsciente

    Las técnicas de reanimación son el remedio a emplear cuando la respiración y la circulación se han detenido.

    En algunas ocasiones nos podemos encontrar ante una persona inconsciente y aparentemente muerta. En muchos casos, tal muerte todavía no existe, pero puede producirse si no se actúa a tiempo y con acierto. Muchas personas, en estas circunstancias, se podrían salvar con unos primeros auxilios adecuados.

    Cómo comprobar la respiración en una persona inconsciente

    • Mirar si mueve el pecho.
    • Escuchar la salida del aire.
    • Sentir el aire caliente que expulsa.
    • Si no observamos nada de lo mencionado, es que no respira. Inmediatamente comprobaremos si tiene pulso.

    Cómo comprobar el pulso

    • Colocar los dedos índice y corazón en el cuello, al lado y por debajo de la nuez de Adán.
    • Colocar el oído sobre el pecho de la víctima.
    • Si no sentimos ni escuchamos los latidos de la víctima es que no tiene pulso, lo cual implica parada cardíaca.

    Respiración Cardiopulmonar

    Se denomina resucitación al conjunto de maniobras que tratan de restablecer la respiración y los movimientos del corazón de una persona en la que accidental y recientemente se han suspendido ambas funciones.

    Respiración Artificial

    Debe ser:

    • Urgentísima, antes de los 6' de ocurrida la supresión.
    • Ininterrumpida, incluso durante el traslado.
    • Mantenida durante el tiempo necesario, incluso horas
    • Eficaz. Ningún método puede compararse en eficacia con el boca a boca que ha desplazado totalmente a otros, razón por la cual será el único que describamos, ya que consideramos que es mejor conocer uno bien y eficaz, que muchos mal y poco eficaces.

    Método Oral Boca a Boca

    Consta de 2 tiempos:

    Preparación para la respiración.

    • Tender a la víctima boca arriba sin almohada. Si vomitara agua o alimentos, torcer la cabeza hacia un lado mientras devuelve.
    • Aflojar (o rasgar si es preciso) las ropas de la víctima que opriman la garganta, el tórax o el abdomen.
    • Inspeccionar rápidamente la boca para sacar de ella cuerpos extraños si los hubiera, incluidas las dentaduras postizas.
    • Si la víctima se hubiera atragantado con algo, volverla de costado y darle fuertes golpes con la mano en la espalda, entre las paletillas, Si no expulsa el cuerpo extraño, practicar el método de HEIMLICH.

    Práctica de la respiración

    • Arrodillado junto a la víctima.
    • Coloque una mano en la nuca, la otra en la frente; procure elevar la de la nuca y empujar con la de la frente, con lo que habrá conseguido una buena extensión de la cabeza.
    • Sin sacar la mano de la nuca, que continuará haciendo presión hacia arriba, baje la de la frente hacia la nariz y con dos dedos procure ocluirla totalmente. Inspire todo el aire que pueda, aplique su boca a la de la víctima y sople con fuerza.
    • Si es un niño, sóplele a la vez en nariz y boca, y modere la cantidad y fuerza de su soplido, insuflándole el aire sin hacer la inspiración forzada que señalábamos para el adulto.
    • Retire su boca y compruebe si sale el aire que usted insufló por la boca del accidentado. Si no sale es que no entró por no estar bien colocada la cabeza. Extiéndala más aún, echando más hacia atrás la frente y compruebe que entra el aire, viendo cómo se eleva el pecho del accidentado cuando usted insufla aire.
    • Si aún así no puede comprobarse que entra aire en su tórax, seguramente será debido a que la glotis (garganta) está obstruida por la caída de la base de la lengua. Para colocarla en buena posición debe hacerse lo siguiente: con la mano que estaba en la nuca empújese hacia arriba el maxilar inferior haciendo presión en sus ángulos, hasta que compruebe que los dientes inferiores están por delante de los superiores. En esta posición es seguro que la base de la lengua no obstruye la glotis y que el aire insuflado puede penetrar en los pulmones, elevando su pecho, lo que siempre es fácil de comprobar.
    • Repita las insuflaciones cada 5 segundos (unas 12 ó 14 por minuto).
    • Si empieza a recuperarse acompase el ritmo de las insuflaciones al de la respiración del accidentado.
    • Por último, no olvide tomar el aire suficiente para evitar mareos, etc.

    Masaje Cardíaco Externo

    Si además de que no respira y está inconsciente, se observa que el accidentado está muy pálido, carece de pulso en la muñeca y cuello, tiene las pupilas dilatadas y no se oyen los latidos cardíacos, es muy probable que se haya producido una parada del corazón, por lo que se debe proceder a practicar, además de la respiración artificial boca a boca, el masaje cardíaco externo, con arreglo a la siguiente técnica:

    • La persona encargada de practicarlo se coloca de rodillas al lado de la víctima, aplicando la parte posterior de la palma de la mano sobre el esternón, cuatro o cinco centímetros por encima de la "boca del estómago". La palma de la otra mano se coloca sobre la de la primera.
    • Se ejerce una presión firme y vertical al ritmo de 60 u 80 veces por minuto. Al final de cada acto de presión se suprime éste para permitir que la caja torácica, por su elasticidad, vuelva a su posición de expansión.
    • Lo ideal es que una persona realice la respiración boca a boca y otra, al mismo tiempo, el masaje cardíaco externo, realizando 5 presiones esternales y 1 insuflación, efectuando ésta en la fase de descompresión del tórax y no volviendo a comprimir hasta que no haya terminado la insuflación y así sucesivamente. Si es solamente una persona la que presta los auxilios, comenzará con la respiración boca a boca, realizando 5 insuflaciones, para continuar con la siguiente pauta:
    • 15 presiones esternales-2 insuflaciones
    • 15 presiones esternales-2 insuflaciones

    Aproximadamente cada 2 minutos, hay que verificar la eficacia circulatoria tomando el pulso en la carótida. Y así hasta la recuperación o fallecimiento del accidentado.

    Heridas y Hemorragias

    Heridas: Se considera herida leve la que afecta exclusivamente a la capa más externa de la piel, en la que no interviene ningún factor específico de gravedad. Su tratamiento irá dirigido a prevenir una infección:

    • Desinfectar la herida dejándola bien visible, para después limpiarla con agua y jabón y, por último, aplicar un antiséptico.
    • Vendar la herida, tapándola con una gasa y sujetándola con esparadrapo.
    • Prevenir la infección (puede ser aconsejable ponerse la vacuna antitetánica).

    Ante una herida leve no se debe utilizar algodón para evitar dejar restos. Tampoco hay que manipular la herida tratando de retirar cuerpos extraños enclavados en la misma. No deben usarse antisépticos de color ni polvos, cremas o pomadas.

    Las heridas graves suelen llevar asociada una patología más grave que la propia herida, debiendo limitarse la cura a realizar la primera atención para que posteriormente sea tratada en un Centro Sanitario:

    • Controlar los signos vitales, la consciencia, la respiración y el pulso.
    • Explorar la herida en busca de deformidades y síntomas de fracturas y hemorragias.
    • Cubrir la herida con material estéril o lo más limpio posible.
    • Evacuar urgentemente al herido.

    Hemorragias: Se clasifican en:

    • Hemorragias internas
    • Hemorragias externas

    Ante cualquier tipo de hemorragia se debe actuar de la siguiente forma:

    • Tumbar al accidentado en posición horizontal con los miembros inferiores elevados.
    • Buscar una hemorragia externa, a veces oculta por la ropa, deteniéndola mediante compresión o torniquete. O si hay signos de hemorragia interna como signos de colapso, palidez, sed, ansiedad, frío y/o taquicardia.
    • Arropar al accidentado y evitar cualquier movimiento.

    Tratamiento

    Con el fin de evitar la pérdida de sangre, se deberá efectuar una presión en el punto de sangrado con un apósito limpio durante al menos diez minutos, elevando a su vez el miembro afectado a una altura superior a la del corazón de la persona accidentada.

    Si se trata de una hemorragia de nariz se efectuará una presión directa sobre la ventana sangrante contra el tabique nasal, manteniéndola durante un mínimo de cinco minutos. Esta operación se realizará inclinando la cabeza hacia delante para evitar la posible inspiración de coágulos.

    Quemaduras

    Son lesiones de la piel y otros tejidos provocadas por diferentes causas como el calor, la electricidad, productos químicos.

    Se clasifican en:

    • Quemaduras de primer grado: la piel está enrojecida (eritema).
    • Quemaduras de segundo, grado: la parte interior de la piel (dermis) se quema, formándose ampollas (flictena) llenas de un líquido claro.
    • Quemaduras de tercer grado: la piel está carbonizada y los músculos, vasos y huesos pueden estar afectados

    La gravedad de las quemaduras depende de:

    • Su extensión.
    • Localización
    • Suciedad o no de la misma
    • Fragilidad del quemado

    Tratamiento

    • La primera acción a realizar es suprimir la causa que produce la quemadura, procediendo, fundamentalmente a apagar las llamas, desconectar la corriente o eliminar los productos químicos.
    • Mantener los signos vitales, haciendo frente a los síntomas de asfixia por la posible inhalación de humos.
    • Examinar el cuerpo de la persona accidentada, comprobando si se han producido hemorragias para tratar en primer lugar la lesión más grave.
    • Aplicar agua en abundancia en la quemadura para enfriarla y reducir el dolor, quitando ropas, joyas y todo aquello que mantenga el calor, salvo que se encuentren adheridos a la piel. Si aparecen temblores, tapar a la persona herida con una manta.
    • Cubrir la lesión con un vendaje flojo y húmedo, poniendo al herido en posición lateral si sus lesiones lo permiten para evitar la obstrucción de las vías respiratorias.
    • Tratar la quemadura solamente con agua sin aplicar otro tipo de sustancias que puedan ensuciar, infectar o encubrir la herida.
    • Evitar darle a la persona accidentada líquidos o sólidos por vía oral para evitar la posible aparición de vómitos que compliquen más la situación.

    Desmayos y lipotimias

    Pérdida súbita de conocimiento de corta duración ( de 2 a 3 minutos)

    Tratamiento

    • Aflojar la ropa alrededor del cuello y cintura.
    • Traslado a un ambiente de aire puro.
    • Tumbarlo en posición horizontal con las piernas elevadas.

    Epilepsia (Convulsiones)

    Afección crónica de diversa etiología caracterizada por crisis convulsivas.

    Tratamiento

    • Despejar el entorno de cualquier objeto que pueda herir al enfermo.
    • Deslizar una manta o ropa debajo del afectado para amortiguar los golpes.
    • Poner un trozo de madera entre los dientes para evitar que se muerda la lengua.

    Lesiones Oculares

    En accidentes leves, limpiar el ojo con agua abundante manteniendo los párpados abiertos.

    Si los problemas no disminuyen, se tapará la zona afectada con gasas húmedas y se procederá al traslado a un Centro Sanitario. Si las molestias son muy importantes se taparán los dos ojos para prevenir las lesiones más graves que el movimiento del ojo no afectado puede provocar en la persona accidentada.

    Nunca han de frotarse los ojos, ni aplicar colirios para no acentuar la gravedad de la lesión.

    Botiquín de urgencias

    Todos los centros de trabajo deben disponer de botiquines, los cuales estarán dotados, como mínimo, de los siguientes materiales:

    • 1 envase de agua oxigenada (10 volúmenes de 250 ml)
    • 1 envase de polividona yodada (100 ml)
    • 1 envase de tul engrasado
    • 1 envase de pomada para quemaduras
    • 1 envase de gasas estériles de 20x20
    • 4 vendas (2 vendas de 5x5 y 2 vendas de l0xl0)
    • 1 esparadrapo
    • 1 envase de tiritas
    • 1 torniquete o goma para hacer compresión
    • 2 guantes estériles de un solo uso
    • 1 pinzas y 1 tijeras
    • 1 envase de pomada antiinflamatoria
    • 1 envase de analgésico paracetamol
    • 1 envase de ácido acetilsalicílico
    VIDEO:

RIESGOS ELECTRICOS Y SOLDADURA

  Riesgos eléctricos en el trabajo: medidas preventivas Los accidentes por riesgos eléctricos en el trabajo pueden tener consecuencias fatal...