Sustancias inflamables y explosivas
En cualquier instalación, a pesar de no trabajar con fuentes de calor, es posible que se produzca un incendio. Por esta razón, es importante controlar los productos inflamables y explosivos en el lugar de trabajo.
Estos productos se clasifican en función del punto de inflamación. Esta clasificación abarca desde productos de clase A, cuya presión absoluta de vapor a 15ºC sea superior a 09 KPa como el propileno, butadieno, cloruro de metilo. Las sustancias de clase B cuyo punto de inflamación es inferior a 55ºC como la acetona o el alcohol amílico. Los que están dentro de la clase C cuyo punto de inflamación está comprendido entre 55ºC y 120ºC como el fenol y formaldehído; y los de clase D, cuyo punto de inflamación es superior a 120ºC.
Entre los profesionales que se exponen a estos productos se encuentran los conductores de vehículos de transporte de sustancias inflamables como explosivos y pólvora, o camiones cisterna; encoladores, que trabajan con disolventes y otros materiales inflamables; mecánico de automóviles, que manejan productos inflamables y en su puesto de trabajo permanecen junto a sustancias que pueden provocar una explosión como gas de petróleo líquido, gasolina, disolventes o aceites, así como pintores, que utilizan productos como pinturas o disolventes.
Etiquetado de sustancias inflamables
Una de las medidas preventivas, además de los equipos de protección individuales y colectivos, son el etiquetado y correcto almacenamiento de las sustancias.
El etiquetado está regulado por los Reales Decretos 363/1995 y 255/2003, que obliga a que todo producto químico esté debidamente etiquetado tanto si va destinado al público en general como al usuario profesional.
Todas las sustancias irán identificadas con el nombre de la sustancia, así como el nombre, dirección y teléfono del fabricante o importador. Además, llevarán el pictograma que las identificará como inflamables o explosivas, incluso ambos pictogramas para aquellas sustancia que tengan ambas características.
Del mismo modo, estos productos deberán ir correctamente envasados. Además, las sustancias extremadamente inflamables o fácilmente inflamables deberán disponer de una indicación de peligro detectable al tacto.
Almacenamiento de sustancias
Dependiendo de la instalación los productos se almacenarán en interior o exterior. Para los productos que se almacenan en interior se pueden instalar armarios protegidos, que tengan como mínimo, una resistencia al fuego RF-15. Además, llevarán un letrero que indique “Inflamable”, con el fin de que los trabajadores maximicen las medidas de seguridad. Asimismo, según dicta la normativa, no se pueden instalar más de tres armarios en el mismo recinto, salvo que estén separados entre sí por más de 30 metros, para evitar daños mayores en caso de accidente.
También se pueden destinar zonas a salas de almacenamiento. Si estas salas comunican con otras dependencias o edificios contiguos deben de presentar estructuras, techos y paredes con una resistencia al fuego mínima de RF-120.
Cuando los productos se almacenan en el exterior se utilizarán recipientes especiales y contarán en sus proximidades con extintores móviles, para actuar en caso de incendio.
Medidas preventivas ante productos inflamables
Además de contar con un correcto etiquetado y almacenamiento de las sustancias, se deberán extremar las medidas preventivas cuando se trabaja con este tipo de sustancias. Muchas de estas medidas están dentro del sentido común, como no trabajar con llamas o fuentes de calor cerca de productos inflamables o no dejar los envases con productos inflamables abiertos durante largos periodos.
Otras medidas están relacionadas con los equipos de protección individual a la hora de manipular sustancias inflamables como trajes aislantes, máscaras, guantes y botas preparadas para entrar en contacto con estas sustancias.
Además, en la instalación existirán medidas colectivas como extintores fijos y móviles, así como mantas ignífugas.
REFERENCIAS:
DeepL Translate: The world's most accurate translator
Tipos de sustancias peligrosas
Las sustancias peligrosas se clasifican en nueve clases que a su vez, se dividen en subgrupos llamados “divisiones” según la recomendación de las Naciones Unidas o “clase de riesgos” de acuerdo a la clasificación de los Estados Unidos.
Descripción
La primera clasificación es según sus propiedades:
1 – Propiedades físicas (sólidos, líquidos o gases). De acuerdo a las características de la emergencia, los materiales pueden ser afectados por determinadas propiedades físicas como son la densidad de vapor, la capacidad de disolverse en agua, peso específico y punto de ebullición.
2 – Propiedades químicas (en relación a la salud, la combustibilidad y la reactividad). Se refiere a la producción de sustancias tóxicas peligrosas para la vida de las personas, el medio ambiente y también por su capacidad para quemarse o explotar: nivel tóxico, corrosión, radioactividad, punto de inflamación, temperatura de ignición, capacidad de oxidación, inestabilidad y reactividad con el aire o el agua.
Clasificación por clases hay 9 tipos de sustancias o materiales peligrosos:
- Explosivos.
- Gases.
- Líquidos inflamables.
- Sólidos inflamables.
- Materiales oxidantes.
- Materiales venenosos.
- Materiales radioactivos.
- Materiales corrosivos.
- Otros materiales regulados.
Clase 1 - Explosivos
Son materiales o dispositivos que liberan gas y calor; su funcionamiento puede ser por efectos del calor, golpes o contaminación y los resultados pueden derivar en riesgos mecánicos o térmicos.
La primera división es según el riesgo de explosión masiva, es decir, instantáneamente explota toda la carga, como por ejemplo dinamita y TNT.
Otra división son los explosivos con riesgo de proyección. Proyectiles o fragmentos, bengalas y cuerdas detonantes.
Otra son los explosivos que tienen riesgo de incendio además de voladura y proyectiles. Es el caso de los motores de cohetes y fuegos de artificios especiales.
También se dividen en aquellos que tienen un riesgo menor de explosión como son los fuegos artificiales de uso común y munición de armas pequeñas.
Le siguen los explosivos con riesgo de explosión masiva, siendo extremadamente estables con baja posibilidad de explosión. Es el ejemplo del Nitrato de Amonio y Mezclas de aceites combustibles.
Por último, la división de aquellos que son extremadamente insensibles con bajo riesgo de explosión en masa, es decir que difícilmente pueden explotar en forma accidental.
Clase 2 - Gases
Este tipo de materiales pueden ser comprimidos o licuados, tanto por presión como por frío extremo o disueltos bajo presión. Las consecuencias en las personas pueden ser quemaduras por congelamiento y/o envenenamiento.
Los principales riesgos asociados con gases es la ruptura violenta, por condiciones de fuego o no, la inflamabilidad, la corrosividad y la asfixia y las características para mantener una combustión.
Los gases se dividen en: inflamables: se encienden fácilmente y se queman rápidamente. Es el caso del Cloruro de Metilo, Gas Licuado de Petróleo, Acetileno e Hidrógeno.
Gases no inflamables: material comprimido que no se quema y soporta la combustión. Por ejemplo Dióxido de Carbono, Argón Criogénico, Amoníaco, Anhidro.
Gases venenosos: son tóxicos y constituyen un serio riesgo para la salud como el Cloro, Bromuro de Metilo y Fosgeno.
Clase 3: Líquidos inflamables y combustibles
El Líquido Inflamable: es un líquido que tiene un punto de inflamación bajo los 37ºC. (100 ºF) Es el caso de la gasolina, Alcohol Etílico y Tolueno.
Líquido Combustible: líquido con punto de inflamación en o sobre los 37 ºC y bajo los 93 ºC. (100 ºF - 200 ºF ). Ejemplo: Aceites Combustibles, Combustible, Diesel, Solventes, Líquido Pirofórico. También es el material que se inflama espontáneamente en presencia de aire seco o húmedo en o bajo 54 ºC. Es el caso de Alquil Aluminio, Nitrato de Torio.
Clase 4: Sólidos inflamables
El primer tipo es el material sólido, no explosivo, susceptible de causar fuego mediante fricción o el calor retenido de los procesos de fabricación, o fácilmente inflamable al contacto con el aire o agua. Incluye los sólidos inflamables, líquidos y sólidos reactivos.
La primera división son los sólidos que se encienden y se queman con facilidad, arden incesantemente dificultándose la extinción; pueden ser explosivos humedecidos, materiales autoreactivos y sólidos de fácil combustibilidad. Es el caso de los pellets, virutas, cintas de Magnesio y Nitrocelulosa.
Le siguen los materiales de combustión espontánea (pirofosfóricos) y autocalentamiento; entran en ignición al contacto con aire. Por ejemplo Álcalis de Aluminio, Carboncillo, Fósforo, desechos de Algodón.
Además hay materiales que entran espontáneamente en inflamación y pueden liberar gases inflamables o tóxicos al entrar en contacto con aire húmedo o con agua. Es el caso de Carburo de Calcio, Polvos de Magnesio e Hidruro de Sodio.
Otra clase son los materiales oxidantes y peróxidos orgánicos. Estos materiales producen oxígeno estimulando así la combustión de materias orgánicas e inorgánicas.
Se dividen en:
Oxidantes: Por su aporte de oxígeno pueden aumentar o causar la combustión de otros materiales, aún en ausencia de aire. Es el ejemplo del Nitrato de Amonio, Hipoclorito de Calcio y Peróxido de Hidrógeno.
Peróxidos Orgánicos: Se trata de materiales que además de mejorar la combustión de otros materiales, pueden ser sensibles al calor, fricción o golpes. Algunos de éstos, al descomponerse, pueden entrar llegar a encenderse si las condiciones de temperatura ambiental son las adecuadas. Por ejemplo, Ácido Peroxiacético, Peróxido de Benzol, Peróxidos Blanqueadores.
Clase 6: Materiales venenosos e irritantes
Los efectos de esta clase de materiales pueden ser sobre toda forma de vida, ya sea de las personas, de los animales o de los vegetales. Las vías de ingreso al organismo pueden ser cutánea, por ingestión o por inhalación. Además pueden ser venenosos, inflamables y corrosivos.
Se dividen en materiales venenosos incluyendo anilinas, Compuestos de Arsénico, Tetracloruro de Carbono, Ácido Hidrociánico. Como irritantes se clasifican los Gases lacrimógenos y etiológicos. Entre estos últimos, se hallan aquellos agentes que poseen el potencial de causar enfermedades en seres humanos, como los gérmenes y toxinas. Por ejemplo Botulismo, Rabia, Sida, Hepatitis, etc.
Clase 7: Materiales radioactivos
Estos materiales se caracterizan por emitir diferentes tipos de partículas, por su nombre son Alfa, Beta y Gama. Los efectos de las mismas pueden ser a nivel biológico o se pueden evidenciar por las quemaduras causadas en aquellos organismos expuestos a las mismas.
Clase 8: Materiales corrosivos
Son materiales que al entrar en contacto con la piel provocan daños, también provocan la corrosión o debilitamiento del acero y aluminio y los vapores que despiden pueden resultar venenosos e irritantes. Algunos de ellos reaccionan al contacto con el agua. Ejemplos: Ácido Hidroclórico, Acido Nítrico, Hidróxido de Sodio (Soda Caústica), Ácido Sulfúrico.
Clase 9: Materiales regulados
Son materiales no incluidos en otra clase de riesgo durante el transporte pero pueden ser anestésicos, nocivos o causar irritaciones. En el caso de Naftaleno, Cal Viva, material magnetizado, elementos de limpieza casera.
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La importancia de los Equipos de Protección Individual (EPI)
Los equipos de protección individual (EPI) tienen como objetivo principal evitar los daños al trabajador, de este modo evitamos los daños que podrían derivarse de enfermedad profesional o de un accidente laboral. Por lo tanto:
¿Qué es un EPI?
Un equipo de protección individual (EPI) es “cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan amenazar a su seguridad o su salud, así como cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin”.
Además cabe mencionar que los equipos de protección individual son obligatorios e imprescindibles y también son de uso individual mientras no se indique lo contrario.
La empresa está obligada a proporcionar el EPI a los trabajadores de manera gratuíta, pero es cada trabajador el que tiene la obligación de darle el uso adecuado.
¿Cómo se clasifican los EPIs?
Los equipos de protección individual se clasifican en diferentes categorías:
Categoría 1
Estos ofrecen una protección ligera y tienen un diseño sencillo. Esto pueden ser cualquier tipo de calzado protector o guantes para manipular piezas, herramientas etc.
Categoría 2
Estos equipos tienen un diseño medio y por lo tanto proporcionan una protección media, por ejemplo equipos que protejen el rostro total o parcialmente, todos los cascos, protección específica para las manos y brazos que no sean guantes y protección especifica para los pies y piernas que no sea el calzado básico de protección.
Categoría 3
Estos son los EPI con un diseño más complejo y están destinados a proteger al usuario de todo peligro mortal o que pueda dañár gravemente y de forma irreversible su salud. Por ejemplo lso equipos diseñados para proteger contra las caídas desde altur, o los de protección respiratoria cuando se trabaja con aerosoles sólidos y líquidos y cuando se trabaja con gases.
La empresa está obligada a proporcionar el EPI a los trabajadores de manera gratuíta, pero es cada trabajador el que tiene la obligación de darle el uso adecuado.
¿Qué equipos destinados a la protección no tienen la consideración de EPI?
No todos los equipos destinados a proteger y/o evitar accidentes en el puesto de trabajo tienen la consideración de EPI. A continuación nombramos algunas excepciones.
- La ropa de trabajo y uniformes que no estén específicamente destinados a proteger la seguridad o salud,
- los de los servicios de socorro y salvamento,
- los de los militares, policías y servicios de mantenimiento del orden,
- los de los medios de transporte por carretera,
- el material de deporte,
- el material de autodefensa o disuasión y
- los aparatos portátiles para la detección y señalización de los riesgos y de los factores de molestia.
- REFERENCIAS:
- https://www.asesoriaplan-a.es/blog/prevencion/la-importancia-de-los-equipos-de-proteccion-individual-epi/
Primeros auxilios: proteger, alertar, socorrer
Actuación en caso de Accidente
Primeros Auxilios: Proteger, Alertar y Socorrer
- PROTEGER: (prevenir la agravación del accidente). Es necesario ante todo retirar al trabajador accidentado del peligro sin sucumbir en el intento.
- ALERTAR: la persona que avisa debe expresarse con claridad y precisión. Decir desde donde llama e indicar exactamente el lugar del accidente.
- SOCORRER: hacer una primera evaluación:
- Comprobar si el trabajador/a respira o sangra.
- Hablarle para ver si está consciente
- Tomar el pulso (mejor en la carótida), si cree que el corazón no late.
Recordar que al accidentado hay que tratarle con urgencia NO trasladarlo con Urgencia.
Medidas preventivas
- Primeros Auxilios en la empresa: organización
- Reanimación de una persona accidentada
- Heridas y Hemorragias
- Quemaduras
- Desmayos
- Convulsiones
- Lesiones Oculares
- Botiquín
Primeros Auxilios en la empresa: Organización
El estado y la evolución de las lesiones derivadas de un accidente dependen en gran parte de la rapidez y de la calidad de los primeros auxilios recibidos. La Ley 31/95, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales , en el Capítulo III, artículo 20 marca como obligación del empresario el análisis de las posibles situaciones de emergencia así como la adopción de la medidas necesarias, entre otras, en materia de primeros auxilios.
Los puntos a considerar, tal como marca la citada ley, serían:
- Designación del personal encargado de poner en práctica dichas medidas previa consulta de los delegados de prevención (art. 33 y 36 de la LPRL). Dicho personal, en función de los riesgos, deberá recibir la formación adecuada en materia de primeros auxilios, ser suficiente en número y disponer del material adecuado, siempre a tenor del tamaño y actividad de la empresa, de la organización del trabajo y del nivel tecnológico de aquella.
- Revisión o comprobación periódica del correcto funcionamiento de las medidas adoptadas.
- Organización de las relaciones que sean necesarias con servicios externos para garantizar la rapidez y eficacia de las actuaciones en materia de primeros auxilios y asistencia médica de urgencias.
La citada ley considera la no adopción de dichas medidas como una infracción grave (art.47.10) o muy grave (art. 48.8) si origina un riesgo grave e inminente.
Los eslabones de la cadena de socorro
Entre la víctima y la atención médica especializada existen una serie de eslabones que deben ser informados, formados y entrenados para asegurar la rapidez y eficacia de la actuación frente a emergencias.
Los testigos
Existen tres tipos de posibles testigos de un accidente laboral:
- Testigo ordinario: sin preparación ni formación e influenciable por la emoción y el pánico. No sabe qué mensaje ha de transmitir y puede olvidar incluso señalar el lugar del accidente.
- Testigo privilegiado: con una formación adecuada; es capaz de hacer una valoración global de la situación, sabe avisar de forma eficaz y se mantiene tranquilo.
- Testigo profesional: ha sido formado y entrenado específicamente para vigilar, detectar y alertar (guardias, personal de seguridad, vigilantes de proceso...)
Ni que decir tiene que la mayoría de los testigos en la empresa son del tipo ordinario, con lo que la transmisión de la alerta no estará ni mucho menos asegurada redundando en retrasos innecesarios, asistencia inadecuada y, en último extremo, pérdidas humanas.
Aquí surge la primera pregunta: ¿A quién hemos de formar? Sería conveniente que todos y cada uno de los trabajadores estuvieran informados (carteles informativos, charlas informales, folletos explicativos...) sobre lo que en primeros auxilios se conoce como P.A.S.
La palabra P. A. S. está formada por las iniciales de tres actuaciones secuenciales para empezar a atender al accidentado:
- P de PROTEGER: Antes de actuar, hemos de tener la seguridad de que tanto el accidentado como nosotros mismos estamos fuera de todo peligro. Por ejemplo, ante un ambiente tóxico, no atenderemos al intoxicado sin antes proteger nuestras vías respiratorias (uso de máscaras con filtros adecuados), pues de lo contrario nos accidentaríamos nosotros también.
- A de AVISAR: Siempre que sea posible daremos aviso a los servicios sanitarios (médico, ambulancia...) de la existencia del accidente, y así activaremos el Sistema de Emergencia, para inmediatamente empezar a socorrer en espera de ayuda.
- S de SOCORRER: Una vez hemos protegido y avisado, procederemos a actuar sobre el accidentado, reconociendo sus signos vitales: 1. Conciencia, 2.Respiración y 3. Pulso, siempre por este orden.
Ahora bien, no todos los trabajadores deben ser entrenados como testigos privilegiados. Como mínimo los responsables de grupo (jefes de taller, mandos intermedios, encargados,...) así como aquellos que trabajan en zonas de riesgo deberían recibir una formación más específica.
Dicha formación puede desarrollarse en un día y el contenido mínimo sería:
- Definición de alerta y su importancia en los primeros auxilios
- Descripción de todos los eslabones de la cadena de socorro (funciones, números de teléfono...)
- Formas de avisar: teléfonos, alarmas...
- Mensaje tipo: lugar, lesiones, número de accidentados...
- Ejercicios prácticos en la empresa.
El/la telefonista de la empresa
En algunas empresas un paso obligado para contactar con los servicios externos es el/la telefonista. Siempre que exista este eslabón se le deberá incluir en el grupo de testigos privilegiados. De él/ella depende la transmisión rápida, correcta y eficaz de la solicitud de ayuda.
El/la socorrista
No es posible concretar cuántos socorristas se requieren por número de trabajadores. El "número suficiente" dependerá de otros muchos factores. A modo de guía, a la hora de decidir cuántos socorristas formar, deberemos tener en cuenta:
- El número de trabajadores
- La estructura de la empresa (superficie, naves, plantas...)
- La distribución de los trabajadores en la empresa.
- El tipo de trabajo: el/los riesgos existentes; situaciones de aislamiento; trabajos fuera de la empresa...
- Los turnos de trabajo
- La distancia (en tiempo real) de los servicios médicos externos
- Las posibles ausencias por enfermedad, vacaciones...
En todo caso se debería disponer en cualquier momento en la empresa de una persona encargada de la actuación en situaciones de emergencia.
Una cifra orientativa para situaciones de riesgo bajo (ej. oficinas) sería de un socorrista por cada 50 trabajadores por turno (considerando siempre la necesidad de disponer de socorristas suplentes). Este número debería considerarse como mínimo en el resto de situaciones. A veces, es conveniente disponer de dos socorristas por grupo de trabajo (ej. trabajo con máquinas o herramientas peligrosas).
La formación en socorrismo laboral debe gravitar alrededor de las siguientes premisas:
- El socorrista laboral será voluntario.
- El socorrista laboral deberá tener, además de los conocimientos básicos y generales, una formación específica en relación a los riesgos existentes en la empresa.
- El socorrista laboral deberá recibir periódicamente cursos de reciclaje.
Los otros eslabones
- El testigo, la telefonista, el socorrista: todos ellos son eslabones pertenecientes a la empresa.
- El personal de la ambulancia, el equipo médico de urgencias, el personal del hospital son eslabones exteriores.
Esta diferencia de ubicación no ha de suponer una traba para una actuación eficaz. Cada uno de ellos ha de saber quién va después y quién le precede, procurando que la información se transmita de forma clara y concisa; facilitando así las actuaciones posteriores.
Formación en socorrismo laboral
Para conseguir el objetivo básico de los primeros auxilios es preciso disponer de personal adecuadamente formado en socorrismo laboral. Esta formación se debería dividir en tres grandes bloques temáticos: formación básica, formación complementaria y formación específica.
Bibliografía : Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de España, Nota Técnica Profesional 458 . "Primeros Auxilios en la empresa: Organización". Autores: Mª Dolores Solé Gómez y José Luis Moliné Marco.
Reanimación o resucitación de una persona accidentada o inconsciente
Las técnicas de reanimación son el remedio a emplear cuando la respiración y la circulación se han detenido.
En algunas ocasiones nos podemos encontrar ante una persona inconsciente y aparentemente muerta. En muchos casos, tal muerte todavía no existe, pero puede producirse si no se actúa a tiempo y con acierto. Muchas personas, en estas circunstancias, se podrían salvar con unos primeros auxilios adecuados.
Cómo comprobar la respiración en una persona inconsciente
- Mirar si mueve el pecho.
- Escuchar la salida del aire.
- Sentir el aire caliente que expulsa.
- Si no observamos nada de lo mencionado, es que no respira. Inmediatamente comprobaremos si tiene pulso.
Cómo comprobar el pulso
- Colocar los dedos índice y corazón en el cuello, al lado y por debajo de la nuez de Adán.
- Colocar el oído sobre el pecho de la víctima.
- Si no sentimos ni escuchamos los latidos de la víctima es que no tiene pulso, lo cual implica parada cardíaca.
Respiración Cardiopulmonar
Se denomina resucitación al conjunto de maniobras que tratan de restablecer la respiración y los movimientos del corazón de una persona en la que accidental y recientemente se han suspendido ambas funciones.
Respiración Artificial
Debe ser:
- Urgentísima, antes de los 6' de ocurrida la supresión.
- Ininterrumpida, incluso durante el traslado.
- Mantenida durante el tiempo necesario, incluso horas
Eficaz. Ningún método puede compararse en eficacia con el boca a boca que ha desplazado totalmente a otros, razón por la cual será el único que describamos, ya que consideramos que es mejor conocer uno bien y eficaz, que muchos mal y poco eficaces.
Método Oral Boca a Boca
Consta de 2 tiempos:
Preparación para la respiración.
- Tender a la víctima boca arriba sin almohada. Si vomitara agua o alimentos, torcer la cabeza hacia un lado mientras devuelve.
- Aflojar (o rasgar si es preciso) las ropas de la víctima que opriman la garganta, el tórax o el abdomen.
- Inspeccionar rápidamente la boca para sacar de ella cuerpos extraños si los hubiera, incluidas las dentaduras postizas.
- Si la víctima se hubiera atragantado con algo, volverla de costado y darle fuertes golpes con la mano en la espalda, entre las paletillas, Si no expulsa el cuerpo extraño, practicar el método de HEIMLICH.
Práctica de la respiración
- Arrodillado junto a la víctima.
- Coloque una mano en la nuca, la otra en la frente; procure elevar la de la nuca y empujar con la de la frente, con lo que habrá conseguido una buena extensión de la cabeza.
- Sin sacar la mano de la nuca, que continuará haciendo presión hacia arriba, baje la de la frente hacia la nariz y con dos dedos procure ocluirla totalmente. Inspire todo el aire que pueda, aplique su boca a la de la víctima y sople con fuerza.
- Si es un niño, sóplele a la vez en nariz y boca, y modere la cantidad y fuerza de su soplido, insuflándole el aire sin hacer la inspiración forzada que señalábamos para el adulto.
- Retire su boca y compruebe si sale el aire que usted insufló por la boca del accidentado. Si no sale es que no entró por no estar bien colocada la cabeza. Extiéndala más aún, echando más hacia atrás la frente y compruebe que entra el aire, viendo cómo se eleva el pecho del accidentado cuando usted insufla aire.
- Si aún así no puede comprobarse que entra aire en su tórax, seguramente será debido a que la glotis (garganta) está obstruida por la caída de la base de la lengua. Para colocarla en buena posición debe hacerse lo siguiente: con la mano que estaba en la nuca empújese hacia arriba el maxilar inferior haciendo presión en sus ángulos, hasta que compruebe que los dientes inferiores están por delante de los superiores. En esta posición es seguro que la base de la lengua no obstruye la glotis y que el aire insuflado puede penetrar en los pulmones, elevando su pecho, lo que siempre es fácil de comprobar.
- Repita las insuflaciones cada 5 segundos (unas 12 ó 14 por minuto).
- Si empieza a recuperarse acompase el ritmo de las insuflaciones al de la respiración del accidentado.
- Por último, no olvide tomar el aire suficiente para evitar mareos, etc.
Masaje Cardíaco Externo
Si además de que no respira y está inconsciente, se observa que el accidentado está muy pálido, carece de pulso en la muñeca y cuello, tiene las pupilas dilatadas y no se oyen los latidos cardíacos, es muy probable que se haya producido una parada del corazón, por lo que se debe proceder a practicar, además de la respiración artificial boca a boca, el masaje cardíaco externo, con arreglo a la siguiente técnica:
- La persona encargada de practicarlo se coloca de rodillas al lado de la víctima, aplicando la parte posterior de la palma de la mano sobre el esternón, cuatro o cinco centímetros por encima de la "boca del estómago". La palma de la otra mano se coloca sobre la de la primera.
- Se ejerce una presión firme y vertical al ritmo de 60 u 80 veces por minuto. Al final de cada acto de presión se suprime éste para permitir que la caja torácica, por su elasticidad, vuelva a su posición de expansión.
- Lo ideal es que una persona realice la respiración boca a boca y otra, al mismo tiempo, el masaje cardíaco externo, realizando 5 presiones esternales y 1 insuflación, efectuando ésta en la fase de descompresión del tórax y no volviendo a comprimir hasta que no haya terminado la insuflación y así sucesivamente. Si es solamente una persona la que presta los auxilios, comenzará con la respiración boca a boca, realizando 5 insuflaciones, para continuar con la siguiente pauta:
- 15 presiones esternales-2 insuflaciones
- 15 presiones esternales-2 insuflaciones
Aproximadamente cada 2 minutos, hay que verificar la eficacia circulatoria tomando el pulso en la carótida. Y así hasta la recuperación o fallecimiento del accidentado.
Heridas y Hemorragias
Heridas: Se considera herida leve la que afecta exclusivamente a la capa más externa de la piel, en la que no interviene ningún factor específico de gravedad. Su tratamiento irá dirigido a prevenir una infección:
- Desinfectar la herida dejándola bien visible, para después limpiarla con agua y jabón y, por último, aplicar un antiséptico.
- Vendar la herida, tapándola con una gasa y sujetándola con esparadrapo.
- Prevenir la infección (puede ser aconsejable ponerse la vacuna antitetánica).
Ante una herida leve no se debe utilizar algodón para evitar dejar restos. Tampoco hay que manipular la herida tratando de retirar cuerpos extraños enclavados en la misma. No deben usarse antisépticos de color ni polvos, cremas o pomadas.
Las heridas graves suelen llevar asociada una patología más grave que la propia herida, debiendo limitarse la cura a realizar la primera atención para que posteriormente sea tratada en un Centro Sanitario:
- Controlar los signos vitales, la consciencia, la respiración y el pulso.
- Explorar la herida en busca de deformidades y síntomas de fracturas y hemorragias.
- Cubrir la herida con material estéril o lo más limpio posible.
- Evacuar urgentemente al herido.
Hemorragias: Se clasifican en:
- Hemorragias internas
- Hemorragias externas
Ante cualquier tipo de hemorragia se debe actuar de la siguiente forma:
- Tumbar al accidentado en posición horizontal con los miembros inferiores elevados.
- Buscar una hemorragia externa, a veces oculta por la ropa, deteniéndola mediante compresión o torniquete. O si hay signos de hemorragia interna como signos de colapso, palidez, sed, ansiedad, frío y/o taquicardia.
- Arropar al accidentado y evitar cualquier movimiento.
Tratamiento
Con el fin de evitar la pérdida de sangre, se deberá efectuar una presión en el punto de sangrado con un apósito limpio durante al menos diez minutos, elevando a su vez el miembro afectado a una altura superior a la del corazón de la persona accidentada.
Si se trata de una hemorragia de nariz se efectuará una presión directa sobre la ventana sangrante contra el tabique nasal, manteniéndola durante un mínimo de cinco minutos. Esta operación se realizará inclinando la cabeza hacia delante para evitar la posible inspiración de coágulos.
Quemaduras
Son lesiones de la piel y otros tejidos provocadas por diferentes causas como el calor, la electricidad, productos químicos.
Se clasifican en:
- Quemaduras de primer grado: la piel está enrojecida (eritema).
- Quemaduras de segundo, grado: la parte interior de la piel (dermis) se quema, formándose ampollas (flictena) llenas de un líquido claro.
- Quemaduras de tercer grado: la piel está carbonizada y los músculos, vasos y huesos pueden estar afectados
La gravedad de las quemaduras depende de:
- Su extensión.
- Localización
- Suciedad o no de la misma
- Fragilidad del quemado
Tratamiento
- La primera acción a realizar es suprimir la causa que produce la quemadura, procediendo, fundamentalmente a apagar las llamas, desconectar la corriente o eliminar los productos químicos.
- Mantener los signos vitales, haciendo frente a los síntomas de asfixia por la posible inhalación de humos.
- Examinar el cuerpo de la persona accidentada, comprobando si se han producido hemorragias para tratar en primer lugar la lesión más grave.
- Aplicar agua en abundancia en la quemadura para enfriarla y reducir el dolor, quitando ropas, joyas y todo aquello que mantenga el calor, salvo que se encuentren adheridos a la piel. Si aparecen temblores, tapar a la persona herida con una manta.
- Cubrir la lesión con un vendaje flojo y húmedo, poniendo al herido en posición lateral si sus lesiones lo permiten para evitar la obstrucción de las vías respiratorias.
- Tratar la quemadura solamente con agua sin aplicar otro tipo de sustancias que puedan ensuciar, infectar o encubrir la herida.
- Evitar darle a la persona accidentada líquidos o sólidos por vía oral para evitar la posible aparición de vómitos que compliquen más la situación.
Desmayos y lipotimias
Pérdida súbita de conocimiento de corta duración ( de 2 a 3 minutos)
Tratamiento
- Aflojar la ropa alrededor del cuello y cintura.
- Traslado a un ambiente de aire puro.
- Tumbarlo en posición horizontal con las piernas elevadas.
Epilepsia (Convulsiones)
Afección crónica de diversa etiología caracterizada por crisis convulsivas.
Tratamiento
- Despejar el entorno de cualquier objeto que pueda herir al enfermo.
- Deslizar una manta o ropa debajo del afectado para amortiguar los golpes.
- Poner un trozo de madera entre los dientes para evitar que se muerda la lengua.
Lesiones Oculares
En accidentes leves, limpiar el ojo con agua abundante manteniendo los párpados abiertos.
Si los problemas no disminuyen, se tapará la zona afectada con gasas húmedas y se procederá al traslado a un Centro Sanitario. Si las molestias son muy importantes se taparán los dos ojos para prevenir las lesiones más graves que el movimiento del ojo no afectado puede provocar en la persona accidentada.
Nunca han de frotarse los ojos, ni aplicar colirios para no acentuar la gravedad de la lesión.
Botiquín de urgencias
Todos los centros de trabajo deben disponer de botiquines, los cuales estarán dotados, como mínimo, de los siguientes materiales:
- 1 envase de agua oxigenada (10 volúmenes de 250 ml)
- 1 envase de polividona yodada (100 ml)
- 1 envase de tul engrasado
- 1 envase de pomada para quemaduras
- 1 envase de gasas estériles de 20x20
- 4 vendas (2 vendas de 5x5 y 2 vendas de l0xl0)
- 1 esparadrapo
- 1 envase de tiritas
- 1 torniquete o goma para hacer compresión
- 2 guantes estériles de un solo uso
- 1 pinzas y 1 tijeras
- 1 envase de pomada antiinflamatoria
- 1 envase de analgésico paracetamol
- 1 envase de ácido acetilsalicílico
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